Historias de científicos. Antología sobre la memoria disciplinaria y reflexiones historiográficas. Por Ricardo Govantes Morales y Lucero Morelos Rodríguez (coords.). México: Universidad Nacional Autónoma de México, Bonilla Artigas Editores, 2020, 305 p.

Las funciones de la historia han sido tema de conversación constante, aún entre aquellos que manifiestan una aparente distancia con el saber, ahora disciplina. Entre sus múltiples utilidades, quizá la más recurrente, se encuentra la formación de identidades. Como ha referido John L. Austin (1990 [1962]), el habla es un acto performativo con variadas consecuencias y las intenciones que en ella subyacen pueden contraer incluso la articulación de un “yo” o de un “nosotros” a través de la rememoración de devenires.

Hoy día, cuando la historia ha adquirido la forma de un saber universitario, las revisiones historiográficas suelen acotarse por lo común a los profesionales formados específicamente en dicho campo. Detrás de esta selección permea, precisamente, la configuración de la genealogía disciplinar del “historiador”. No obstante, entre los olvidados, los científicos y sus narraciones destacan, no solo por la cantidad de historias que han elaborado, sino también por la posición hegemónica que sus saberes han ocupado desde hace más de dos siglos.

La relación entre saberes científicos e históricos ha sido compleja y multidireccional. En este sentido, Rafael Guevara Fefer (2014) ha sugerido ya el pensar en la historia de la ciencia como la ciencia misma, pues en su elaboración persisten marcos disciplinares, profesionales y epistémicos en común. Podría añadirse a dicha reflexión que la historia es también un campo construido por los propios científicos, acumulando así argumentos críticos en contra de la superflua distinción entre saberes “duros” y “blandos”. Historias de científicos. Antología sobre la memoria disciplinaria y reflexiones historiográficas es un libro que apunta a pensar en ese diálogo multidireccional en torno a la relación entre la historia y las ciencias.

Coordinado por Ricardo Govantes Morales y Lucero Morelos Rodríguez en el marco del proyecto “El quehacer histórico en la construcción de las disciplinas científicas en México”, el libro aquí reseñado reúne un total de ocho textos elaborados entre 1872 y 1922 por los expertos mexicanos Francisco Jiménez de la Cuesta, Manuel Orozco y Berra, Francisco de Asís Flores y Troncoso, Alfonso Luis Herrera, José Guadalupe Aguilera, Antonio Iriarte y Rico y Nicolás León.1 En común estos escritos aluden a la historia de los saberes científicos que fueron practicados y promovidos por sus autores, mismos que, retomando a Ian Hacking (2001 [1999]), compartieron una matriz caracterizada por la emergencia de espacios de investigación, educación y asociación científica como el Observatorio Astronómico Nacional, el Instituto Geológico Nacional, el Museo Nacional de México, la Sociedad Científica Antonio Alzate o la Sociedad Farmacéutica Mexicana, entre otros.

Cada uno de los textos compilados está acompañado por estudios introductorios elaborados por los historiadores contemporáneos Ángel Mireles Estrada, María Elena Vega Villalobos, Ricardo Govantes Morales, Hugo Domínguez Razo, Lucero Morelos Rodríguez y Miguel García Murcia.2 En ellos descansa un interés común, a saber: el uso que la historiografía ha tenido en la constitución de disciplinas científicas. Estas, no exentas de una dimensión identitaria, han precisado de narraciones que articulen fronteras, métodos y practicantes.

A lo anterior corresponde una vinculación que los autores compilados implementaron con figuras canónicas de ciertos saberes. Tal es el caso del ingeniero Francisco Jiménez de la Cuesta, quien planteó una trayectoria narrativa que iba desde Nicolás Copérnico y Johannes Kepler, pasando por los sabios novohispanos Antonio Alzate y Joaquín Velázquez de León, hasta su propia figura; o del médico Nicolás León, que elaboró una historia en la que la identidad de una disciplina se encuentra sujeta a su identidad como individuo, creando una imagen de sí como el fundador de la antropología física mexicana. Ambos ejemplos son también pertinentes oportunidades para reflexionar en torno al papel que cierta historiografía ha tenido en la constitución de una imagen individualizada de los saberes científicos a través de la referencia a sujetos específicos.

No obstante, más allá de sus saberes particulares, entre los autores recopilados persiste un vínculo constante con la nación. Aquella entidad, entonces (y hoy) en formación, aparece discreta y a veces no tan discretamente como un marco que dota de legitimidad el quehacer científico. La “ciencia” y la “nación” son entre los escritos compilados parte de una misma trayectoria teleológica en la que el “progreso” es el fin último, testimonio evidente de la perenne politicidad de todo saber.

Quizá el mayor aporte del libro en su conjunto, más allá de la continuidad de determinadas temáticas, es el encuentro entre textos compilados y estudios introductorios en un mismo soporte y la lectura que de ello resulta. Historias de científicos posibilita, a partir de dicha integración, un diálogo entre historiadores de diferentes épocas cuyo interés común es el devenir de los saberes científicos en México. La dinámica resulta por demás interesante si consideramos que a través de ella es posible articular comprensiones sobre lo qué son (o mejor dicho, lo qué han sido) los saberes científicos e históricos.

No obstante, en este diálogo podemos encontrar un límite bordeado por la propia noción moderna de “disciplina” y por las intenciones abiertamente expresadas por los autores. Sería relevante abordar en este sentido las diferentes lecturas que los textos compilados han tenido en consideración de sus soportes materiales y los usos que se les han dado, entre las cuales, los propios estudios introductorios surgen como las más evidentes por su proximidad material. Asimismo, ir más allá de la disciplina como argumento en común podría permitir la recuperación de efectos en la constitución de lenguajes, materialidades, prácticas y objetos de estudio, entre otros aspectos más, presentes en el común de los ámbitos en los que los autores y sus escritos estuvieron insertos.

Historias de científicos. Antología sobre la memoria disciplinaria y reflexiones historiográficas es un ejercicio colectivo en múltiples sentidos, tanto por la compilación de diferentes autores como por la reunión de múltiples reflexiones a su alrededor, recordándonos que las historias, como las ciencias, se construyen en los diálogos con los colegas del presente o del pasado.

Bibliografía

AUSTIN, J. L. (1990 [1962]). Cómo hacer cosas con palabras. Ediciones Paidós.

GUEVARA FEFER, R. (2014). El uso de la historia en el quehacer científico. Una mirada a las obras históricas del biólogo Beltrán y del fisiólogo Izquierdo. Universidad Nacional Autónoma de México.

HACKING, I. (2001 [1999]). ¿La construcción social de qué?. Ediciones Paidós.

Notas

1 Los capítulos son: “Pasos de Mercurio y Venus por el disco del Sol, observados en México y California en 1769” por Francisco Jiménez de la Cuesta; “Ensayo de descifración jeroglífica del Códice Mendocino” y “Nombres de los señores de México” por Manuel Orozco y Berra; “La enseñanza y el ejercicio de la medicina entre los aztecas” por Francisco de Asís Flores y Troncoso; “Los museos del porvenir” por Alfonso Luis Herrera; “Reseña del desarrollo de la geología en México” por José Guadalupe Aguilera; “Evolución de la farmacia en México durante el primer siglo de nuestra independencia” por Antonio Iriarte y Rico; “La antropología física y la antropometría en México. Notas históricas por el Dr. Nicolás León, profesor de Antropología en el Museo Nacional de México” por Nicolás León.

2 Los estudios son: “La justificación de los estudios astronómicos en México” por Ángel Mireles Estrada; “La investigación sistemática de la escritura náhuatl” por María Elena Vega Villalobos; “Una visión positivista de la medicina náhuatl” y “La construcción de una tradición científica para la farmacia mexicana” por Ricardo Govantes Morales; “Preámbulo a ‘Los museos del porvenir’” por Hugo Domínguez Razo; “Memoria, legado y linajes de las ciencias geológicas en México” por Lucero Morelos Rodríguez; “Las notas históricas del antropólogo físico” por Miguel García Murcia.